Muchos directivos asocian la aparición de las crisis a una mala gestión en algún aspecto de la organización. Se trata de un error porque por mucho que una crisis pueda derivar de un problema de gestión, estas aparecen también en organizaciones con gestiones modélicas. ¿Por qué? Se me ocurren como mínimo tres causas: la vulnerabilidad, la adversidad que nos rodea y el foco de atención pública y mediática.

  1. La vulnerabilidad es un aspecto innato a las organizaciones. Cuando hablamos de empresas hablamos de grupos asociados que trabajan en sectores concretos o lideran mercados y que por ello están expuestos a la sociedad en la que operan. Los virus y las bacterias que afectan a los humanos, que viven en el propio cuerpo humano y que se manifiestan independientemente de cómo actúa este (por mucho que alguna relación podemos establecer), son lo que las crisis para las organizaciones. Por tanto, las organizaciones son entes vulnerables en un mundo que es vulnerable desde su creación.
  2. La adversidad que nos rodea está directamente relacionada con la vulnerabilidad que nos es innata. En el mundo en el que competimos existen adversarios, delincuentes, activistas, oportunistas, competencia… O sea, un amplio abanico de probabilidades de encontrarnos alguien en nuestro camino que se convierta en un agente adverso. Ante esta situación difícilmente podremos hacer mucho más. Las medidas de prevención, la anticipación, el control de rumores y la aceptación de la situación son elementos que nos van a ayudar a minimizar el paso de estos referentes negativos; pero posiblemente no nos los van a evitar.
  3. Una empresa es para los medios de comunicación un potencial emisor de noticias. Se trata pues de una parte central del proceso comunicativo. Para los massmedia las noticias son la materia prima que les permite la existencia. Una noticia será posiblemente aquello que alguien, quiere-prefiere no contar; por lo  tanto, cuando un medio de comunicación se acerque a nosotros será para reclamarnos algo que quizás no queremos contar. No conocer esta regla y/o no saber gestionar esta realidad nos hace más vulnerables.

Así pues, quien no quiera conflictos que cambie de planeta ya que, por lo que se ve, este los tiene de fábrica.