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Todas las personas que estudian los diversos ámbitos que tiene la comunicación coinciden en un aspecto: el lenguaje no verbal es el que tiene una mayor incidencia en la relación entre las personas. Por lo tanto, se superpone a cualquier otro tipo de lenguaje, como el verbal o el vocal. Se trata de la capa que impacta de manera más directa y rápida en la audiencia. Cuando se interactúa con alguien, además de lo que se está diciendo, se reconocen una serie de signos relacionados con la expresión facial, la gestualidad, la ropa, el espacio donde se encuentra, el entorno que lo rodea… Todo ello ofrece una información que condiciona, complementa o, incluso, desmiente lo que se está comunicando. El cuerpo expresa, mediante un lenguaje que se refleja externamente, la condición emocional de quien habla o escucha. Por lo tanto, cada gesto, movimiento o decisión no verbal que se hace o se toma puede ser una clave valiosa para conocer con más detalle qué es lo que siente la persona con quien se comunica.

Para ser capaces de comprender la condición emocional del interlocutor es necesario saber interpretar las pistas que ofrece el cuerpo y las circunstancias sobre las cuales se manifiesta. Los mensajes que queremos expresar suelen revelarse mediante las señales que emite nuestro cuerpo, pero a menudo también se manifiestan los que no se quieren expresar. A propósito de esto, hay que añadir la intermediación técnica, que ofrece una serie de señales que no siempre están alineadas con lo que se expresa y que, a veces, al ser poco conocidos cuestan de interpretar. La comunicación online puede actuar como un distorsionador natural que dificulte la interrelación entre personas. El principal problema con el que uno se encuentra ante la necesidad de comunicar mediante la tecnología es doble: no se está tan acostumbrado a hacerlo como en la interacción presencial y la tecnología puede distorsionar suficientemente una señal no verbal (e incluso verbal) dándole un significado diferente del que se quería expresar. Por este doble motivo, si por lo general ya resulta especialmente importante estar atento al lenguaje no verbal que se manifiesta a través del cuerpo, esta atención debe ser más intensa cuando la relación se produce de manera remota. Hay que recordar, además, que el lenguaje no verbal no es universal. Así pues, y dado que la tecnología permite una comunicación más fácil y fluida con personas de cualquier cultura, resulta especialmente significativo saber quiénes son las personas con las que se está interactuando. La gran suerte es que se puede afirmar que la mayoría de las señales básicas de comunicación son similares en todo el mundo.

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(https://www.profiteditorial.com/libro/el-lenguaje-no-verbal-en-la-comunicacion-online)