Hace unas semanas intentaba explicar en un artículo como es posible avanzar en tu día a día hacia un espacio de felicidad permanente. Vaya, hacer de la felicidad algo común y habitual. Me centré en el ámbito profesional y en la suerte de poder realizar una profesión como la que tenemos para cubrir ese objetivo
La búsqueda de la felicidad es posiblemente el motor social más intenso del que dispone nuestra cultura. Nada como la felicidad permite mover más voluntades y genera más actividad. Pero, ¿cómo conseguirla? ¿Dónde está el secreto que nos conduce a ella? Disfrutar con lo que hacemos. Pienso que se trata de eso. Demasiadas veces buscamos
Cada vez me cuesta más de entender las quejas reiteradas y ostentosas de algunos jugadores de futbol que después de haber realizado una falta de una claridad meridiana se quejan al árbitro con tanta seguridad como si ellos no hubiesen estado allí. Igualmente me resulta de una cierta complejidad de comprensión la manifestación reiterada de
Intento adaptar a la comunicación (personal y/o institucional) los nueve principios de Robin Sharma en Las cartas del monje que vendió su Ferrari para desearos un feliz 2014: Comunica lo que eres. No intentes disfrazarte. No resultarás auténtico. Explicar tus miedos no es necesariamente una debilidad. Es una constatación de tu humanidad. Expresa amabilidad y
Tengo la impresión que una escena como la que muestra la imagen (coches aparcados en doble fila) ya no nos generan ningún rubor. Se trata de una visión que se ha convertido en habitual en nuestras ciudades y pueblos y que a menudo la justificamos con un “son 5 minutos” o un “no pasa nada,
¿Cuántas veces hemos tenido que soportar una expresión de este tipo pronunciada por alguien habitualmente después de lanzarnos un improperio o una afirmación con poco tacto? Seguro que muchas y seguro que normalmente no hemos respondido con un desatino de las mismas características. ¿Por qué ante una situación así no manifestamos nuestra desaprobación por las
Asisto, con una cierta perplejidad, al desarrollo en mi entorno de un alud de mensajes de amigos, conocidos y profesionales que no me aportan nada. Más bien me contaminan. Me molestan. Encontrándome en situaciones con una cierta necesidad de concentración, de soledad o socialmente absorbentes recibo mensajes de Twitter, Whatsapp, SMS… con bromas, chascarrillos o imágenes
Intento a partir del artículo de Xavier Marcet, Retos de la comunicación corporativa (http://www.xaviermarcet.com/2012/11/retos-de-la-comunicacion-corporativa.html) traspasar los retos corporativos a retos actitudinales en la relación comunicativa eficaz entre persones. De aquí nace el siguiente decálogo: Intégrate en la comunicación de tu entorno. Pero hazlo sin dejar nunca de ser tu mismo. Mantente siempre conectado. Tarifa plana.
Divendres passat vaig estar 4 hores sense mòbil. No podia trucar, ni enviar missatges, ni rebre mails, ni connectar-me a Internet… Francament, no em vaig sentir bé. Em vaig trobar desprotegit. Pensava en què passaria si algú volia contactar amb mi i no podia. Era com si em faltés alguna cosa. Era una sensació semblant
Tener una alta actividad en la red no significa ser un gran comunicador. La comunicación es una herramienta que nos proporciona existencia social pero no individual. Hay personas que sienten la necesidad vital de comunicar para existir. Para sentir aquello que viven necesitan explicarlo. Necesitan de forma compulsiva explicar por twitter, WhatsApp… lo